Sexo duro y apasionado con una flaquita casada

Su cuerpo delgado temblaba bajo mis manos, con esa mezcla de nervios y deseo que solo se siente cuando todo es nuevo otra vez. Era una mujer casada, pero ahora libre… y muy caliente. Se dejó llevar por completo, con los labios entreabiertos y las piernas temblando mientras la penetraba con fuerza. Su piel suave se erizaba cada vez que la tomaba con más intensidad, gimiendo como si no hubiese follado así en años. La miraba a los ojos, y ella me pedía más, perdida entre lo duro y lo tierno, entre el fuego de su nuevo comienzo y el placer de sentirse deseada otra vez.

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21 mayo, 2025