Mi vecina enfermera y su uniforme de puta
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Siempre fue una fantasía verla con ese uniforme ajustado. Sabia que ella disfrutaba follar con su novio y que también tenia su saliditas con otros chicos. Esa noche, mi vecina apareció sin previo aviso, con una sonrisa traviesa y una mirada que decía más que mil palabras. Su tremen culo lo decía todo, quería verga y eso no cambiaría. Su aroma, su voz y sus movimientos despertaron algo que los dos fingíamos no sentir, tenía la verga ms dura que un palo. Entre risas y roces, la tensión creció hasta que el deseo habló por nosotros. Una historia donde la vecina más dulce se convierte en la más atrevida. Puedo decir que fue el polvo mas inesperado que gocé de principio a fin.









