Mi mejor amigo me folla duro para consolarme y su verga me cura el alma
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Estaba mal, llena de problemas, pero mi mejor amigo sabía exactamente cómo hacerme olvidar todo. Me abrazó, me besó el cuello y en segundos ya me tenía desnuda, mojada, y con el corazón latiendo como loca. Cuando me metió esa verga deliciosa, sentí una felicidad tan profunda que solo mi coño podía entender. Cada embestida era como una caricia al alma. Me folló fuerte, profundo, mirándome a los ojos mientras yo gemía sin vergüenza, rendida a su poder. Fue más que sexo… fue una terapia sucia y deliciosa.
3 agosto, 2025