La ducha secreta de mi hermosa cuñada

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El vapor llenaba el baño cuando la vi. No fue intencional, pero ahí estaba ella, desnuda bajo el agua caliente, con su piel mojada y ese cuerpo que parecía esculpido para provocar. Su cabello chorreaba lentamente por su espalda, y sus movimientos eran tan naturales como excitantes. Me atrapó mirándola… pero no dijo nada. Solo me lanzó una sonrisa cómplice. Se acercó, mojándome con su cuerpo tibio, y sin decir palabra se arrodilló, decidida a recompensar mi atrevimiento. Su boca sabía lo que hacía. Me hizo perder el control, y mientras el agua seguía cayendo, ella tragaba cada gota con una entrega que jamás olvidaré.

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