La descubrí tocándose en la cocina con leggins ajustados

Estaba en silencio, caminando por la casa cuando vi a mi madrastra: de pie en la cocina, pensando que nadie la observaba, metida en su mundo. Llevaba unos leggins que marcaban perfectamente ese culo delicioso, apretado y provocador. Sus manos se movían entre sus piernas mientras veía algo caliente en el celular. Se mordía los labios, respiraba agitada. Me quedé oculto, viendo cómo se tocaba sin parar, caliente y mojada, como si necesitara que alguien la follara ahí mismo, contra el lavadero. Jamás imaginé verla así… pero desde ese día, no dejo de pensar en repetir esa escena, pero participando yo.

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13 mayo, 2025