Follando a mi hermanastra, carita de ángel y culo de puta

Cada vez que iba a verla, las visitas duraban horas, y mi padrastro ni se imaginaba por qué. Mi hermanastra era una joya latina: carita angelical, cuerpo de vicio. Esas tetas pequeñas, su piel blanca perfecta, y ese culazo que pedía castigo. Sabía lo que me hacía. Se me tiraba encima, me la mamaba con esa boquita inocente y después se acomodaba en cucharita, dejándome entrar mientras gemía como una perrita en celo. A veces se montaba encima, rebotando con esas nalgas divinas, pidiéndome que me corriera dentro. Era imposible resistirse a una putita así, hecha para romperla a polvos una y otra vez.

Comparte en tu redes !!

28 abril, 2025