Chapina traviesa posa en tanga antes de una noche ardiente

Ella sabía lo que quería desde que tocó la puerta. Llevaba un vestido liviano, típico de la zona, pero lo que más destacaba era la tanga fucsia que se asomaba descaradamente con cada movimiento. Estaba algo llenita, curvas generosas que su vecino no tardó en devorar con los ojos. Ella se dejaba mirar, posando sensual en cada rincón del cuarto mientras él le tomaba fotos, excitado solo con verla. La tensión subía, y sus gemidos no tardarían en llenar la habitación. Lo que empezó como un juego de imágenes terminó en una noche de lujuria desatada.

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7 mayo, 2025