Calladita, mojada y rendida: su ternura oculta una diablita en la cama

Parecía frágil, con ese corsé celeste, su tanga diminuta y las medias con detalles de rosas. Se mordía el labio y susurraba que no fuera tan rudo, que aún sentía su cuerpo sensible desde la última vez. Pero bastó una caricia entre sus piernas para que se entregara con una mezcla deliciosa de dulzura y lujuria. Su mirada inocente contrastaba con sus gemidos bajos, mientras su piel temblaba bajo cada roce. Esa mezcla entre apariencia tierna y fuego oculto la hacía irresistible… y completamente adictiva.

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31 mayo, 2025